Esto no es por sí solo negativo, pero sí indica la dependencia que tenemos de las entidades financieras no solo a la hora de depositar dinero y pedir prestado, también a la hora de realizar pagos de servicios básicos que se domicilian casi siempre en cuenta, también a la hora de invertir en el corto o largo plazo y de disponer del dinero obtenido por nuestro trabajo.
Esta dependencia lleva a que muchas veces tomamos decisiones a ciegas o sin ver otras opciones, aglutinándolas todas en una misma entidad financiera y con ello o pagando de más o recibiendo de menos. Para solucionarlo, los comparadores financieros se convierten en los mejores aliados para el consumidor.
Qué es un comparador financiero
A la hora de tomar decisiones del ámbito financiero, los consumidores se encuentran con algunos obstáculos que el comparador financiero ayuda a resolver:
- En primer lugar, es la falta de conocimiento sobre los productos financieros. La falta de cultura financiera es uno de los problemas más graves que se busca solventar especialmente proporcionando conocimiento en las diferentes etapas de educación obligatoria. Aún así los productos financieros no dejan de ser complejos, con muchos términos complicados que, aunque se intenten solventar con publicidad o folletos más claros, muchas veces no es fácil ni de analizar ni de comparar.
- En segundo lugar, la falta de tiempo. Incluso en decisiones financieras con gran repercusión, como es la contratación de una hipoteca, se suelen sondear pocas alternativas y en otras en teoría “menos problemáticas” como abrir una cuenta lo es mucho más. Si no queremos dedicar mucho tiempo, el comparador financiero es una herramienta fundamental.
Al presentarse esta información de forma ordenada dividida en categoría por productos homogéneos (por ejemplo, entre préstamos consumo de hasta una cantidad, o depósitos al mismo plazo), el cliente puede comparar sus características de forma sencilla y así encontrar el producto más adecuado.
Incluso muchos comparadores se sitúan entre el cliente y la empresa financiera que ofrece el producto, intermediando y facilitando la contratación, incluso haciendo mucho más sencillos estos pasos.
Puntos clave que debe tener un comparador financiero
Todo esto ya adelanta un aspecto fundamental, que es qué debe tener el comparador financiero para convertirse en una información útil, que es proporcionar la información de forma clara y coherente para facilitar el proceso de elección del producto financiero más idóneo, un trabajo complejo si tenemos en cuenta la enorme cantidad de información que contiene incluso los productos financieros más sencillos. Para ello un buen comparador financiero debe realizar estos pasos:
Seleccionar productos
Incluir todos los productos financieros es siempre lo ideal, cuanta más información mejor, pero muchas veces es materialmente imposible y no siempre es así. Además, existen muchos de ellos que son similares y que pueden confundir al consumidor. Por ello, debe centrarse en aquellos productos más relevantes y que aportan más valor al posible cliente.
Analizar y seleccionar las características más importantes
Un contrato de cualquier producto bancario incluye muchas cientos o miles de palabras, muchas de ellas términos muy farragosos. Por ello un buen comparador debe elegir los términos claves en los que se incluye los aspectos básicos que definen el producto, como son una comisión de emisión en una tarjeta o el interés de un préstamo. Además, estos términos deben poderse comparar con los de otros productos financieros.
Crear categorías de productos
Realizados los dos pasos anteriores toca otro igual de importante, que es poder crear categorías de productos que sean iguales o similares para que el consumidor pueda comparar. No se trata de crear tampoco categorías infinitas sino de, en primer lugar, ponerse en el lugar del cliente y saber qué es lo que busca y cómo lo hace y en segundo lugar trasladarlo en esos productos que trata de forma homogénea. Por ejemplo, a la hora de buscar un préstamo la cuantía a pedir es un elemento clave y en la de un depósito lo es el plazo de inversión.
Actualización constante
Por último, todo este análisis debe estar sujeto a una constante revisión. De poco nos vale, por ejemplo, tener una comparativa con un número elevado de préstamos si algunos de ellos han cambiado de condiciones. Un comparador financiero debe tener siempre todos sus productos actualizados.
Cómo usar un comparador financiero
A la hora de “enfrentarse” a un comparador financiero es importante saber qué es lo que buscas. El comparador por si solo es una herramienta de información de gran riqueza, pero lo importante es para el consumidor es que obtenga respuesta a una pregunta concreta que realiza en un determinado momento, como puede ser cuál es el mejor préstamo de 3.000 euros.
Por todo ello es importante saber donde buscar. Existen muchos comparadores que buscan dar una respuesta global o al menos amplia mostrando muchos productos financieros, esta es la primera tendencia cuando arrancaron este tipo de servicios, pero la tendencia actual es centrarse en un determinado producto o gama de productos, como puede ser fondos de inversión o préstamos, y a partir de esta categoría global responder a las diferentes formas que determinen que es lo que busca el cliente.
Volviendo a nuestro ejemplo de préstamos, buscar por cantidad máxima puede ser el criterio principal para muchas personas, pero otras pueden buscar otro tipo de respuesta como aquellos préstamos que tienen plazo de respuesta más corto, como los préstamos rápidos, o aquellos que se conceden a pesar de estar dentro de un registro de impagos, como los préstamos con ASNEF.
Ventajas de comparador financiero
Las dos ventajas principales del comparador financiero están precisamente en los dos problemas que hemos planteado con anterioridad que ahora se convierten en soluciones:
- Proporcionar información sencilla y accesible. Es importante que el consumidor entienda todos los criterios o variables que nos permitan comparar el producto de un simple vistazo, existiendo siempre la posibilidad de dar respuesta a dudas o ampliar la información. Por ejemplo, a la hora de mostrar el tipo de interés del producto hacerlo con la TAE e incluir una definición de qué es este concepto financiero y que incluye.
- Ahorrar tiempo mostrando diferentes opciones para poder elegir e incluso contratar aquella más beneficiosa: Uno de los principales hándicaps es que muchos productos pueden tener condiciones personalizadas, por ejemplo, ser distinto las condiciones de un préstamo según el plazo. El comparador resume u la presenta de forma homogénea, la estandariza, pero siempre teniendo en cuenta que según sea el requerimiento final del consumidor esta puede modificarse.
Principales productos que analiza un comparador financiero
Ya sea de forma global o segmentada, lo que queda claro es que existen diferencias muy importantes a la hora de ofrecer información sobre las distintas categorías del producto, fruto principalmente de tener aspectos claves distintos.
Hipotecas
El coste es la variable principal, y este se mide, para hacerlo de forma homogénea a través de la Tasa Anual Equivalente o TAE.
Aunque esta variable es fundamental y, por supuesto, debemos buscar aquellas hipotecas con la TAE más baja no es la única que hay que tener en cuenta, puede que muchas hipotecas aún con un coste bajo pueden no ser las adecuadas por tener un plazo insuficiente o por financiar un porcentaje insuficiente sobre el valor total de la vivienda.
Por último, y especialmente importante si tienes intención de ir adelantando pagos de la hipoteca es comparar y elegir aquellos con comisiones de amortización parcial y total más bajas o que no la cobren.
Préstamos
Al igual que la hipoteca es muy importante el tipo de interés para elegir aquellos con un coste más bajo, pero no es la única variable igualmente.
La cantidad máxima, por ejemplo, cobra una gran importancia a la hora de determinar cuales cubren la necesidad que queremos financiar y cuáles no.
También en este caso es importante saber el fin. Con un préstamo personal se pueden financiar muy distintos fines, y por ello en muchas ocasiones podemos encontrar mejor financiación en un préstamo específico (por ejemplo, para comprar un coche o pagar un máster universitario) que uno general.
Productos de ahorro
La comparación suele ser mucho más sencilla y se basa fundamentalmente en la remuneración que se percibe, pero dentro de otra característica importante, el plazo que tiene que inmovilizar ese dinero para recibir la remuneración y recuperar lo invertido sin penalización.
Así, por ejemplo, en depósitos quien quiere comparar debe buscar el plazo en el que necesita recuperar los fondos, por ejemplo 12 meses o 24 meses, y entre estos buscar aquellos que más rentan. Como seguridad puede comprobar si existe alguna penalización en caso de cancelar de forma anticipada. Eso sí, esta nunca puede ser por encima de los intereses generados.
Cuentas nómina
En este último caso más importante que la remuneración, que es nula en este tipo de cuenta son los servicios gratuitos que incorpora, desde la gratuidad de la propia cuenta (comisiones de administración y mantenimiento) a los servicios más básicos que hacemos con frecuencia como es disponer de tarjeta de débito para realizar pagos o transferencias a otras cuentas.
Esta gratuidad suele venir relacionada con otra variable importante que debe señalar el comparador financiero como es tener ingresos estables por nómina, pensión u otros que sean recurrentes si eres autónomo. La clave en este punto está en conocer cuál es el importe mínimo que posibilita acceder a estas ventajas.
La TAE: como comparar en préstamos y en ahorro
Como vemos, la TAE es una variable básica a la hora de comparar muchos productos, tanto en préstamos como en ahorro, por todo ello es importante conocer que se incluye en el cálculo, aunque sea el comparador el que simplifique mostrando su resultado final.
La TAE indica cuál es el tipo de interés que especifica el coste o rendimiento efectivo de un producto financiero. La TAE se calcula de acuerdo con una fórmula matemática normalizada que tiene en cuenta:
- El tipo de interés nominal de la operación.
- La frecuencia de los pagos (mensuales, trimestrales, etc.).
- Las comisiones bancarias.
- Algunos gastos de la operación, siempre que sean obligatorios para el cliente.
En el caso de los créditos, no se incluyen en el cálculo del coste efectivo algunos conceptos, como los gastos que el cliente pueda evitar, los gastos que han de abonarse a terceros (por ejemplo, una notaría) o los gastos por seguros o garantías salvo que sean obligatorios.
Como pueden ver, en un mundo financiero muy competitivo, en el que aunque se fusionen bancos entran en juego nuevos operadores, como empresas fintech, la labor del comparador es cada vez más importante, ayudando al consumidor a tomar mejores decisiones.