Por todo ello, cuando pedimos dinero están detrás una necesidad o un deseo. Ya sea comprar un producto o servicio o cubrir una deuda o imprevisto, siempre hay una necesidad, por ello, que se nos deniegue un préstamo es en la mayoría de los casos o un problema o un obstáculo a nuestros planes, pero desde luego no es el final para muchos de los casos.

Poder dar la vuelta a esta primera negativa es posible en muchos casos. Pero para ello hay que saber en primer lugar las razones de la denegación, presentar una contraoferta de forma adecuada y buscar siempre que entidades son las más adecuadas para cumplir el objetivo que es la concesión del préstamo. Te lo explicamos.

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¿Por qué me han denegado el préstamo?

El primer gran error que se comete muchas veces tras la denegación de un préstamo es no preguntar por las razones de esta negativa. No hacerlo es estar completamente a ciegas a la hora de buscar otras opciones.

Pensemos que en muchas ocasiones detrás de la decisión, de concesión o negación, está en muchas ocasiones un interlocutor distinto del que entregamos la documentación y solicitud del préstamo. Normalmente es un comité de riesgos, que tras analizar la documentación y evaluarla, decide si es viable o no.

Hay que tener en cuenta que entre las diferentes razones hay algunas que tienen más fácil solución que otras, y que ponerles remedio supondrá en la mayoría de los casos conseguir el sí en tu préstamo.

Entre las razones principales están:

Morosidad

Suele ser el principal motivo de negación de un préstamo. Estar inscrito en algún registro de impagados como ASNEF, RAI o BADEXCUG, aunque sea por deudas muy pequeñas suele ser suficiente para que muchas entidades te denieguen el préstamo.

Aunque también en muchas ocasiones su tratamiento depende de varias circunstancias:

  • Si su importe no es muy elevado (menor de 300-500 euros), se puede permitir la concesión, en muchas ocasiones con el compromiso o petición de cancelación de la deuda.
  • Si la deuda es con una entidad financiera (otro préstamo o impago en cuotas de tarjeta de crédito) las posibilidades de denegación son mucho mayores que si debes a una empresa comercial (por ejemplo, un recibo de telefonía).

También existe la posibilidad de pedir un préstamo a productos específicos que permiten estar en ASNEF u otro registro, es una opción positiva, pero en todo caso debe tener en cuenta si estas entidades:

  • Ofrecen lo que buscas: Ya que puede que cubran cantidades menores y a plazos de devolución más breves.
  • Que sus condiciones sean peores: Porque tengan más comisiones o sus tipos de interés sean más elevados.

Historial de crédito

Muy relacionado con lo anterior está el análisis del historial de crédito. En este caso no solo se basa en ver si tienes algún impagado en la actual, sino si lo has tenido anteriormente o que si de forma habitual te has retrasado en los pagos.

Esta variable “castiga” no solo a los que hayan tenido problemas de pago, sino los que simplemente no pueden demostrar ni buen ni mal historial porque su acceso al sistema financiero haya sido reciente; es decir, los más jóvenes.

Por ello, este segmento de población está entre los que más frecuentemente se les deniegan los préstamos, todo sello añadiendo además que sus ingresos, que como veremos más adelante es otra variable importante a la hora de aprobar uno una operación de financiación es muy limitada.

Problemas en la capacidad de pago

Es la segunda opción más habitual por la que se deniegan los préstamos. Como regla general se considera endeudamiento adecuado aquel que no supera el 30% o el 35% de nuestros ingresos mensuales.

El prestamista busca siempre que con tus ingresos regulares puedas cubrir todas tus necesidades básicas y que además tengas dinero suficiente para cubrir las cuotas de todos tus préstamos.

En esta ecuación se tienen en cuenta las siguientes variables:

  • Ingresos: Para conocerlos lo normal es que te soliciten una serie de información que suele concretarse en las últimas nóminas, complementada con la declaración de la renta. Si eres un trabajador autónomo, además de la última declaración de la renta se suelen pedir otra información fiscal como son los pagos trimestrales a cuenta del IRPF (modelo 130) y los pagos del IVA, ya sean trimestrales (modelos 303) o el resumen anual del último ejercicio (modelo 390).
  • Gastos en otros préstamos: El numerador de la operación es fácil de determinar. No tienes que aportar información sobre tus últimos préstamos en la mayoría de los casos, sino que es la propia entidad quien hace una solicitud a la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE) en la que aparece tus deudas financieras, ya sea por préstamos, líneas de crédito, préstamos revolving o tarjetas de crédito.

    Si la división de estos gastos entre ingresos el porcentaje es ligeramente superior al 30% o 35% recomendado, como veremos más tarde hay formas, algunas muy sencillas, de solucionarlo, si el porcentaje es mucho más elevado, las opciones también son bastante más limitadas.

Empleo e historial laboral estable

Tampoco todos los ingresos se valoran por igual. Tener ingresos suficientes ahora no son garantía de tenerlos en el futuro en casi ningún caso, pero si en muchas ocasiones tienes una mayor garantía de seguridad.

El caso más extremo es ser funcionario. Si eres funcionario público en cualquier administración tienes garantizado tu puesto de trabajo y con ello tus ingresos recurrentes. También tener un historial de trabajo estable suele ser garantía o al menos un punto a favor para la concesión.

Esto deja en posición mucho más débil de nuevo a los autónomos ya que sus ingresos son irregulares. En estos casos, la forma en la que demostrar una mayor estabilidad suele ser no solo su volumen de ingresos, también llevar un tiempo prolongado de alta en el régimen de trabajadores por cuenta propia y también que tu cotización periódica esté por encima del mínimo exigido.

Necesidad de aval

En caso de no cumplir completamente las exigencias anteriores (capacidad de endeudamiento e ingresos estables) suele ser muy normal si el importe es medio o elevado que se exijan garantías adicionales y esta suele concretarse en el aval, ya sea personal (el avalista responde en caso de impago con todos sus bienes para poder cumplir la deuda).

Este punto es importante. Ofrecer un < href="https://www.finbino.com/es/blog/que-es-una-avalista-y-cual-es-su-responsabilidad">avalista supone transferir una responsabilidad importante a otra persona, por lo que antes de decantarse por esta opción es importante que analices todas las opciones disponibles para hacer viable la operación sin tener que contar con terceras personas.

Modificar condiciones

Ya conocidas las razones por las que se ha producido la denegación del préstamo, ahora toca ponerse manos a la obra para dar la vuelta a la situación, algo que podemos conseguir en determinados casos.

Uno de los más comunes es la morosidad, si es de cantidades pequeñas. Es siempre positivo, antes de hacer una petición de información previa para ver si estamos o no incluidos en algún registro. Esta petición es gratuita, dirigiéndose a cada uno de los registros más importante pero siempre tienes la opción de pedir un informe instantáneo a algún bureau o empresa de información de riesgos. Su coste no es muy elevado, por debajo de los 20 euros en la mayoría de los casos, y con ello tienes en un solo documento la información de los más importantes registros de impagos. Localizado un pequeño impago haga un esfuerzo para intentar solventarlo antes de cualquier petición y lo que es más importante de cara a su petición, asegúrese de recibir por parte del registro de impagos de su eliminación.

Otra opción importante de ajuste ante una denegación en el préstamo está en reducir la cuota para que esté dentro de los parámetros básicos de endeudamiento. Para ello tenemos esencialmente dos mecanismos básicos, ya que la reducción de intereses, sin cambiar de entidad, es complicada:

  1. Reducir la cantidad a pedir: Cualquier reducción, por pequeña que sea, no solo supondrá un menor pago de intereses, también, siempre manteniendo los mismos parámetros de coste (intereses) y plazo, da como resultado una cuota menor.
  2. Aumentar el plazo de devolución: Aunque suponga un mayor coste global de la operación (más tardemos en devolver un préstamo, más intereses pagaremos), conseguiremos reducciones moderadas de la cuota y con ello ajustarnos a lo que tenemos que pagar.

Eso sí, esta última opción requiere que seamos muy responsables, en cuanto si tenemos capacidad de devolver parte del préstamo y siempre que la operación lo permita podemos conseguir ahorrar lo que pagaremos en intereses.

Buscar otra entidad

Si aún así no nos conceden la financiación, siempre podemos probar con otras entidades. Los comparadores financieros nos permiten y facilitan mucho la labor en cuanto nos muestran toda la información básica según las distintas características que tenga nuestra operación (esencialmente importes máximos y plazos).

No solo distintas empresas y entidades nos ofrecen condiciones distintas, incluso más baratas, sino que también sus criterios de valoración pueden ser diferentes, por ejemplo, en aquellos préstamos que sí se conceden, aunque estés en ASNEF u otro registro de impagos.

En todos los casos es muy importante tener toda la información bien estructurada, desde especificar el fin o destino del dinero, a la documentación financiera y fiscal que requieran.

Ten en cuenta además que recibir una oferta no significa la aceptación de esta y por tanto, tener varias ofertas positivas en las que comparar los pros y contras de cada préstamo es muy importante.

En definitiva, te puedes encontrar con muchas opciones y hacer un análisis de todos sus condicionantes es un punto primordial. Además, una negativa hoy no condiciona una no concesión para siempre. Analiza tus puntos débiles, procura solucionarlo y cuando tu situación haya cambiado alguno de sus puntos negativos seguro que encontrarás varias opciones para concederte el préstamo que estás buscando.

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